26 ene 2009

ETNOGRAFIA DE LA VIVIENDA



A través de una  Etnografía etnohistórica. (Balance de la realidad cultural actual como producto de los sucesos del pasado) Podremos entender las causas consecuencias de los espacios arquitectónicos, que han sido determinantes en la evolución de la vivienda; esto es,  a traves de  sucesos historicos delineadas en una linea de tiempo podremos entender el andar de sociedad pasadas  en contextos determinados  obteniendo como resultado  construcciones habitables coherentes con su realidad  y su entorno.  

 




Las primeras viviendas fueron cavernas o cuevas habitables llamadas viviendas Rupestres que podían ser huecos naturales o excavadas en las rocas.
Los grupos humanos paleolíticos eran nómadas, buena parte de los neolíticos también, o eran semisedentarios. Debieron existir, además de los refugios en cuevas, formas de protección contra la intemperie y la acción de los depredadores; es posible que fueran "construcciones" efímeras de las que no han quedado vestigios. Ya en Çatal Hüyük, actual Turquía, (10.000-6.000 antes de Cristo) se encuentran restos de viviendas estables; el material de construcción era la arcilla (piezas secadas al sol). Las sucesivas construcciones sobre los restos neolíticos hacen difícil conocer cómo era esa primera arquitectura.
La arquitectura de la prehistoria ha recibido el nombre de megalítico, este arte no tuvo una función habitacional sino religiosa.
Respecto a la habitaciòn del hombre sólo quedan los llamados palafitos o habitaciones lacustres. otro tipo de vivienda es el denominado Nuragos, que son torreones en forma de cono truncado, que van desarrollándose por medio de hileras de piedra, dando lugar al primitivo techo abovedado y que posiblemente fuera recinto de algún jefe de tribu.
el Talayote es un tipo de arquitectura adintelada como los nuragos que servía para habitación defensiva.

ARQUITECTURA VERNÁCULA Y SOCIEDADES TRIBALES
Una de las características principales de la arquitectura vernácula es el empleo de materiales autóctonos. Entre ellos, el más difundido en las zonas templadas y cálidas ha sido la tierra, que se puede utilizar cruda para fabricar adobes y tapiales, o cocida en forma de ladrillos. El adobe se compone de barro y paja, aglutinados por bloques constructivos que se secan al sol. Otro de los materiales de la construcción vernácula es la cal, aglutinante para la composición de morteros y uno de los revestimientos impermeables más empleados por el hombre.


La segunda característica de las viviendas tradicionales es su perfecta adecuación al medio físico donde se enclavan. Así, en las zonas donde el calor del verano se hace insoportable, las habitaciones se disponen en torno a un patio, flanqueado por portales que permiten que el aire fresco circule por todas las estancias. En las zonas frías, en cambio, las casas se concentran dentro de gruesos muros para conservar el calor del sol. En las sociedades tribales la vivienda suele constar de un único espacio, donde se desarrollan todas las actividades. A menudo se construye adosada a otra edificación vecina, y suele estar apartada del lugar de reunión de la tribu o del espacio sagrado.
La forma de estas cabañas se repite a lo largo de todo el poblado, originando en ocasiones composiciones fantásticas, como las del pueblo dogon, en Sudán, o las de los pastores de Zambia.

La mayoría de las chozas se construyen a partir de formas geométricas sencillas, como por ejemplo una planta circular coronada por una cubierta cónica. Los materiales de construcción son siempre los autóctonos: si se dispone de barro, se utiliza para rellenar los huecos entre la urdimbre de ramas, o se fabrican adobes o ladrillos. También se pueden emplear juncos secos, como en las zonas pantanosas del sur de Irak. En las zonas lluviosas, la mayoría de las casas tribales disponen de un hogar interior, ventilado a través de chimeneas o mediante un sencillo hueco en el centro de la choza denominada hogar.

4 comentarios:

dulce dijo...
Este comentario ha sido eliminado por el autor.
dulce dijo...

En lo particular el tema de vivienda me pareció interesante ya que conocimos las características de las viviendas de muchas culturas importantes.
Lo que más se podría destacar es que en la vivienda primitiva, esto es, la edad de piedra, los antiguos habitaban las cuevas o cavernas para refugiarse. En sus construcciones emplearon piedras circulares, madera y pieles. Algunos lugares que edificaron funcionaban como espacios cosmológicos.
Después de este periodo comienzan a aparecer las civilizaciones, con sus respectivas leyes, creencias e instituciones.
También surge la arquitectura vernácula la cual tiene características primordiales, como el empleo de materiales autóctonos como a tierra. Su hogar estaba adecuado al medio ambiente, contaban con un patio central en caso de calor y muros gruesos para la época de frio.
En el caso de las sociedades tribales se autoconstruía, el espacio era simple de un solo nivel con formas sencillas y repetitivas usando materiales autóctonos, adosados a otras edificaciones y tenían un hogar.
Con respecto a las características de vivienda del mundo antiguo se puede destacar que en Babilonia se hacían espacios rectangulares con materiales de adobe y piedra, se adhiere el arco de medio punto, el patio se perfecciono hasta quedar en el centro, aparecen las bóvedas. Mientras que en Egipto se construyó la primera pirámide escalonada, prevalece la casa-patio, se construyeron palacios para el faraón y casas bajas y muy simples para los pobres,
En Grecia aparecieron dos tipos de vivienda, una de un solo piso muy simple y aislado, y la vivienda horizontal de varios niveles. Emplearon el domo, construyeron elementos de orden religioso y descubrieron la sección aurea.
Los romanos adquieren nivel económico y militar y empiezan a expandir su territorio llegando a las islas de Creta, adjudicándose el domo, las casas horizontales, el arco de medio punto. Perfeccionaron la cúpula, crean el insulae, las villas y el domus. Adhieren elementos arquitectónicos como el dórico, el jónico y Corín.
La vivienda prehispánica en la cultura maya no contaba con un espacio urbano, el hogar era conocido como Cuchcabal que significa modo de vivir de fieras; estaba cubierta de hojas y paja, dirigida hacia el oriente según ellos para tener buena salud y vitalidad.
Los aztecas utilizaba cal quemada, sus murallas de gran espesor, en el patio central tenían una estufa que servía para calentar el espacio, introdujeron mobiliario, la forma usual de la vivienda era trapezoidal y decorativa.
En la edad media la construcción de la vivienda fue más complicada, las ciudades se convirtieron en centros urbanos de intercambio comercial, aparece el sistema feudal.
El hogar de los pobres era simple y de no más de dos cuartos empleado para sus necesidades. La casa de ricos era más complicada con vitrales traslucidos. La clase mercantil poseía grandes casas señoriales.
En roma se empezó a edificar con tendencias germánicas, emplearon la madera, las habitaciones se extendieron, cambia la estructura, aparece la estética, se uso la tela curva, baldosas de arcilla cocida, ladrillos y piedras unidas hiladas con argamasa.
El tema de gótico se me hace muy extenso y abarca varias cosas. Tiene aspectos importantes que destacar como el remplazo de muros por pilares, el uso de elementos como el arco ojival, arquitrabes, vitrales, agujas, rosetón, gárgolas, planta de luz latina.
En el neogótico prevalecen elementos ornamentales y arquitectónicos del gótico, desaparece la función estructural.
Creo que todos estos temas son muy útiles ya que estamos conociendo las características de las viviendas desde la antigüedad y podemos conocer la evolución de la misma.

Palma Doroteo Dulce Jane
Arquitectura
Grupo 2
Segundo semestre

Anónimo dijo...

Antecedentes historicos
Los grupos humanos paleolíticos eran nómadas, además de los refugios en cuevas, formas de protección contra la intemperie y la acción de los depredadores; eran construcciones efímeras por lo mismo no hay pruebas, en Çatal Hüyük, actual Turquía, se encuentran restos de viviendas estables
En Babilonia los palacios como las casas se articulaban en torno a un patio al que se abrían, mientras que los exteriores eran prácticamente ciegos. Las cubiertas de las naves eran planas y en terraza. Para las cubiertas de luces se utilizaba el arco y la bóveda. La forma dominante era el cubo, lo que confiere una gran pesantez al conjunto, sólo aligerada por el escalonamiento de los edificios.
Nada subsiste, de las más antiguas viviendas chinas. Contrastando en forma sorprendente con las primeras grandes civilizaciones de la historia, los chinos no empleaban para la construcción sino materiales muy frágiles, como la greda, la madera, el bambú y la porcelana, y mostraban además una marcada predilección por los tabiques delgados. Sin embargo, no es imposible imaginar la forma de sus casas y la manera en que éstas estaban arregladas.
Hasta que la influencia europea se hizo sentir en el Imperio de los chinos, éstos tuvieron durante siglos los mismos tipos de viviendas; las de los comerciantes constaban casi siempre de varios pisos, estando destinados los más elevados a depósitos de mercaderías; las otras eran de un solo piso, y se las construía en ocasiones sobre un terraplén, pareciendo de esta manera más altas. En general, las casas se componían de varios compartimientos rectangulares o cuadrados, y con frecuencia se las rodeaba de jardines.
Los compartimientos, considerablemente numero¬sos en las moradas de los ricos, se veían reducidos en aquellas de las familias modestas a un vestíbulo o sala de recepción y a una pieza común donde los ocupantes pasaban la mayor parte del tiempo; en esa habitación la familia se reunía para comer y se practicaba el complicado ceremonial del té, y frecuentemente, a falta de otra pieza, se dormía sobre esteras improvisadas, que durante el día eran guardadas en nichos especiales.
La casa, generalmente desprovista de ventanas, recibe la luz por un patio interior, lugar de reunión de la familia cuando hacia buen tiempo. Para cerrar las aberturas empleaban papel aceitado, gasa, nácar o cortinados.
En las piezas se disponían, con sabio desorden que evidenciaba un singular talento, hermosos biombos de juncos trenzados, de seda o papel pintado; se conseguían así pequeños rincones íntimos, reservados a la conversación y al reposo.
Los techos, marcadamente inclinados, estaban cubiertos de tejas pintadas de colores tradicionales, que respondían a las diferentes castas, y constituían signos exteriores de elegancia o dignidad.
La casa china en sus tipos más perfeccionados estuvo provista de un curioso sistema de calefacción diversos conductos de barro, disimulados en las paredes, difundían en las distintas piezas el calor proveniente de un brasero, ubicado en el exterior y constantemente alimentado. Los pobres disponían solamente de un brasero, ubicado en la habitación en que permanecían.
Las paredes tapizadas de sedas multicolores, los muebles barnizados o adornados con rica marquetería, las porcelanas y los objetos de metal esmaltado y, en el patio, los revestimientos de porcelana y las columnas, cuya única misión era la de enmarcar los retratos de los antepasados, conferían a las moradas de las ciudades un carácter artístico y lujoso.
Totalmente distintas eran las características de las chozas que los labradores habitaban durante la primavera y el verano, cuando abandonaban sus aldeas para cultivar los campos, muy alejados de éstas. Típicas son las casuchas, semienterradas.
Muy diferentes de las moradas chinas y japonesas son las viviendas de los pueblos de América de la época precolombina. Esta civilización, aunque primitiva y feroz en ciertos aspectos, fue fértil en manifestaciones artísticas.
Entre los aztecas de las castas superiores, las casas grandes eran relativamente numerosas. Se trataba de construcciones imponentes, de cinco o seis pisos, dispuestos en tres cuerpos: el del centro estaba reservado a los dueños, a su familia y a sus protegidos, y los otros dos, a la servidumbre y a los esclavos.
El patio central, llamado "estufa", confería a la construcción, de forma trapezoidal, un aspecto grandioso y decorativo. Las murallas, de gran espesor, estaban constituidas por bloques de piedra. En México se empleaba para cementar estos bloques la cal quemada que se obtenía de las conchillas.
En las casas aztecas, amplios bancos servían de lecho. Si a éstos se agrega una serie de cofres. mesas y taburetes, se tendrá una imagen completa del mobiliario. Las paredes estaban cubiertas de esculturas y jeroglíficos; el mismo gusto decorativo se manifestaba en el exterior, en los frisos de los goterones y en los relieves que adornaban el techo. Las casas de los incas se asemejaban a las que acabamos de describir. Las viviendas de los mayas pertenecientes a la clase rica tenían amplias terrazas, terraplenes y cisternas.
Dirijamos ahora la mirada hacia las orillas del Mediterráneo. Misteriosas poblaciones, venidas tal vez del Asia, en el curso del tercer milenio antes de Cristo, se establecieron en aquella zona y en las islas del mar Egeo, y alcanzaron una refinada civilización, cuyo centro estaba representado en la isla de Creta. Las ruinas evocan los palacios reales con sus poderosas murallas; la importancia de las armerías, de los depósitos y la distribución de las dependencias nos hacen pensar que esos palacios eran verdaderas ciudadelas.
De la civilización cretense o minoica (del nombre de Minos, rey de Creta) tomaron los griegos los primeros elementos de su arquitectura. Los cretenses llegaban del Norte, y cuando se instalaron en la península vivían aún en estado semisalvaje.
En Micenas, Tirinto y Argos, los aqueos (el primero de los cuatro grupos griegos que dejaron su nombre en la historia) construyeron viviendas reales, muy semejantes a las de los cretenses, guiándose por una planimetría ya entonces sabida.
Los aqueos, a quienes según Homero debe atribuirse la guerra de Troya, llevaron desde la época de la invasión dórica, que habría de absorberlos, una existencia bucólica, y sus moradas reflejaban la simplicidad de sus costumbres. Mientras los muros de los palacios estaban constituidos por grandes piedras superpuestas, para las viviendas comunes se emplearon piedras pequeñas cementadas con arcilla. Las más modestas estaban hechas de juncos y cañas. El plan de las casas variaba según éstas estuvieran situadas en los centros urbanos o en las afueras de la ciudad.
Dos tipos de viviendas: las construcciones de un piso y las de desarrollo horizontal. En las primeras, las habitaciones reservadas a la familia ocupaban. la planta baja, donde se disponían las caballerizas o los depósitos. Las segundas estaban concebidas de la siguiente manera: en el centro, una vasta sala cuadrada (el megarón) , en medio de la cual se colocaba el hogar; aquí se asaban trozos de cordero o de vaca para los banquetes. Sobre el lado opuesto a la puerta de entrada se encontraban los dormitorios y una pequeña pieza de recepción; en los lados restantes, el establo y los rediles. Las habitaciones reservadas a las mujeres estaban separadas de las que ocupaban los hombres.
Con la invasión de los dorios, y sobre todo a partir del año 776 a. C., en que fueron instituidos los juegos olímpicos, un nuevo periodo se inicia para Grecia. Sin embargo, los habitantes de la ciudad no desdeñaron las enseñanzas de los aqueos y se limitaron a reemplazar el "megarón" por un patio descubierto.
En Atenas y en las colonias que recibieron su influencia encontramos un nuevo tipo de construcción. La casa de los ricos atenienses, aunque expresión de un gusto refinado, nunca podrá igualar en armonía y belleza a los monumentos que adornaban la ciudad, ya que los griegos dieron mayor importancia a la vida pública que a la privada.
Las moradas urbanas estaban construidas según un plan uniforme: un vestíbulo, a menudo decorado con estatuas, que daba acceso, por una segunda puerta y un pasillo, a un patio bordeado de columnas, en el que se levantaba un altar consagrado a Júpiter; a ambos lados de este altar existían otros dos, consagrados a los dioses de la propiedad y de la familia.
En torno al patio se encontraban las piezas destinadas a los huéspedes, los baños, las cocinas, en las que se disponían las muelas para el trigo y los hornos, y finalmente las numerosas habitaciones para la servidumbre. Frente a la puerta de entrada se hallaba el departamento de los hombres; el gineceo (habitación de las mujeres) estaba situado en el piso superior.
En las casas suburbanas, el gineceo se encontraba a continuación del departamento del señor y se abría sobre un jardín cercado. Algunas veces se destinaba el primer piso a los depósitos y al alojamiento de los esclavos.
Más tarde, los atenienses levantaron casas de dos o tres pisos, que podían ser alquilados separadamente.

Anónimo dijo...
Este comentario ha sido eliminado por un administrador del blog.